No, no eres el único; todo el mundo, tarde o temprano pasa por alguna situación de estas y todo el mundo tiene que dar el salto al vacío.
Todo el mundo pasa la noche oscura del alma como decía Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz.

Porque el camino llamado espiritual es un camino que los seres humanos recorren desde que existen como humanos.
Y seguiremos recorriendo mientras seamos humanos.

Pero este camino está lleno de niebla, es confuso, para nuestras mentes, ya que en él pasan cosas que no se pueden explicar con la mente únicamente ni tampoco con los sentimientos.
Se necesita también la intuición para poder entender algo. Y aún así suele necesitarse además a la fe, no necesariamente la fe religiosa pero sí alguna clase de fe, de aceptación de que todo tiene un sentido que descubriremos tarde o temprano.

Este camino tiene varios nombres:
Camino de Evolución, Camino Iniciático, Camino de Salvación, Camino a la Iluminación y el Nirvana, Camino al Cielo... según la filosofía o religión que te lo explique.

Y este Camino nos es explicado a nosotros por otras personas que lo han recorrido, estas personas que con su esfuerzo personal han ido descubriendo el camino, los atajos y los obstáculos que hay en todo camino desconocido.

Estas personas que han sido llamados Chamanes, Hombres Sabios, Santos, Iluminados, Gurús, Iniciados, Avatares y también menospreciados a menudo como locos, lunáticos, marginados y perseguidos.

Y, en todas las épocas, estas personas, estos Iniciados, han explicado sus descubrimientos a quien quisiera escucharlos.

Pero, claro, lo han explicado a su manera, han intentado poner palabras a algo que está más allá de la mente, ya hemos dicho que requiere intuición...

Y por ello mismo sus palabras y explicaciones a menudo han estado un poco oscuras, confusas y llenas de metáforas, parábolas y cuentos para conseguir que sus oyentes lo pudiesen entender al menos un poco.